Mientras se prepara para su visita a Buenos Aires, entrevistamos a Gonzalo Gianotti para que nos cuente un poco sobre su experiencia en el universo del marmoleado.

El marmoleado es una antigua técnica de estampado, monocopia, que se realiza sobre una base acuosa con cierta densidad que permite que la pintura acrílica diluida con agua flote y se expanda. “Pintar flotando –nos cuenta Gonzalo- es una experiencia de nunca acabar. Se pueden hacer infinitas combinaciones en las bases utilizadas, la dilución de pinturas, los soportes de estampado y por supuesto el diseño”. Depende la región se lo puede encontrar también como marmolado, papel de aguas o papel jaspeado.

¿Hace cuánto marmoleas? 

En el año 2017 invité a Carolina Cieli, una encuadernadora de Bahía Blanca a dar una clase a mi taller. En ese momento estaba instalado en la ciudad de Olavarrìa. Aprendí lo básico y desde ahí empecé a experimentar por mi cuenta. Hice cientos de estampas hasta poder lograr marmoleados de calidad. ¿Qué considero que es calidad? Tener control sobre la técnica, obtener colores planos, lograr trazados parejos y estampas que duren en el tiempo.

¿Qué es lo que más disfrutas de la práctica?

Me gusta mucho elegir la paleta de colores que voy a utilizar, puedo pasar horas haciendo mezclas hasta dar con las tonalidades buscadas. En la forma en la que llevo adelante el proceso la intensidad de los colores varían significativamente dependiendo la cantidad de pintura que se arroje a la batea.

¿Es considerado un arte?

Absolutamente. Es una de las artes gráficas que requiere mayor preparación del proceso: el soporte requiere alumbre o imprimación, la base o baño requiere mezcla intensiva y tiempo de reposo, las pinturas requieren mezcla, los peines se hacen a medida de la batea y la obra siempre es única. Es un arte y es un oficio infinito, más aún cuando los colores se preparan a partir de pigmentos como el Ebru en Turquía.

¿Te considerás más un artesano o un artista?

De las dos maneras. Tuve la suerte de estar ligado a las artes desde muy pequeño. Entre los 6 y 8 años participé de un taller en donde experimenté con grabado, escultura, técnicas con tinta china, pintura, dibujo. Desde ahí siempre continué explorando técnicas.

¿Qué valor le das a tener más de 5000 seguidores en las redes?

Las redes sociales son una gran herramienta de difusión de mi trabajo y también de inspiración, además me han permitido conectarme con personas de todo el mundo, vender clases, recibir invitaciones y viajar.

¿En qué objeto o soporte disfrutas más sumar marmoleados?

Cada soporte tiene su encanto. Me he dedicado con mayor entrega al papel y la tela porque luego los utilizo para hacer encuadernaciones.